Así estamos, como el sapo en la olla con agua que se monta en el fogón. No hagan el ejercicio en casa, permítanme explicarles.
Un sapo en una olla con agua está tranquilo y si usted los pone en el fogón, tanto la olla con agua y el sapo, por supuesto que el agua se va calentando, lo que sucede allí es que el sapito se va acostumbrando a la temperatura del agua y permanece en la olla impávido hasta que muere cocinado. Otro cantar se presenta cuando la olla y el agua se han estado calentando y el sapo por accidente o acción directa es tirado a la olla, el sapito reacciona inmediatamente ante tal grado de inconfort y salta dejando atrás la molestia del agua caliente.
El Planeta está recalentándose y entrando en el período de no retorno o de deformación definitiva, conocido también como rescilencia del sistema: el nivel de temperatura alcanzado en los últimos años es de crecimiento exponencial (pocos para la historia de la Tierra). Y mientras los efectos científicos del cambio climático son ampliamente debatidos y a tal punto, que reina “divide y vencerás”, pues mientras científicos, académicos, “onegeros” y especialmente, agencias de cooperación multilateral definen qué es y cómo se mide los efectos del calentamiento global, el agua y la olla se calientan mientras que turistas de acá y allá visitamos destinos aun vírgenes o fábricas de agua, y para llegar a ellos nos desplazamos gracias a los combustibles fósiles, que para la analogía son el fogón que nos calienta en la olla.
Es tan grande la sinrazón humana, y tan acostumbrados estamos como el sapo, que el ser humano se cree capaz inclusive de alterar el mundo, repito, somos tan intensos que lo vamos a lograr. Sin embargo, pocos alcanzan a ubicarse en la realidad del planeta tierra que depende del Sol como dador de vida, y cuya historia y comportamientos medidos –también por especialistas y académicos en glaciales y excavaciones- deja entender que el motor que mantiene el universo que conocemos, el Sol, explotará en unos cuantos miles de años, pero mientras eso sucede, por supuesto que se va calentando, y nosotros ahí como el sapito.Son claros los efectos del calentamiento global en el turismo, una temporada de esquí de nieve sin nieve es un fiasco, y ya ha sucedido varias veces, al igual que un destino de sol y playa cuya nubosidad impida a unas y otros acostarse a tomar sus baños de sol y quemar unas cuantas células acercándose al cáncer. Ni qué decir de tornados, hambrunas que empujan a la violencia, incendios y más. Es por ello que desde Forum Naturalae (proximamente la principal plataforma de turismo de naturaleza y aventura en Iberoamérica) y especialmente desde ésta columna estaremos presentando informes referentes al calentamiento global, así como medidas amigables, críticas sustentadas a informes amañados y temerosos, y datos concretos sobre los efectos del cambio climático en el turismo, los cuales gracias a la colaboración y aporte de ustedes los turistas virtuales o reales, así como la de redes y redes de información y trabajo por el un hábitat sustentable en el Planeta, se han construido a pesar de que tampoco tengamos claro que es eso de S.O.S.tenibilidad. Escríbanos pato@sentir.org ...
Por ahora y para su divertimento: http://www.omnilife.com/videos/calentamiento_global.php